Remedios caseros que con sal

Remedios caseros que con sal

Desde la antigüedad, la sal se ha utilizado para conservar los alimentos. Sin embargo, también ha estado asociada a la limpieza y como componente para curar todo tipo de alteraciones de la salud. Por eso, se considera como un elemento indispensable y útil que no debe de faltar en el hogar, no solo para potenciar el sabor de las comidas, sino para su uso medicinal. 

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Los remedios con sal pueden variar dependiendo de las necesidades de cada organismo y de la región del mundo en la que nos encontremos. Gracias a las propiedades curativas de este elemento han catalogado a estos remedios como los más fáciles de preparar así como los más longevos, ya que la mayoría de ellos han pasado de generación en generación. 

Remedios con sal más comunes (H2)

Usar la sal como remedio natural es sencillo y económico, además evita el recurrir a fármacos o químicos ya que solo se utilizan ingredientes naturales, reduciendo así los efectos secundarios. Por eso, hoy queremos compartirte algunos de los remedios con sal más comunes y prácticos.

  • Calmante de dolor por piquete de abeja o hinchazón de la piel: Puedes cubrir el área afectada con sal y poco a poco disminuirá el dolor en la zona del piquete.
  • Limpieza de piel: Antes de terminar de bañarte o lavarte la cara, coloca sal sobre una esponja y masajea la zona. Este es un tratamiento exfoliante y desinfectante que es útil contra el acné. 
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  • Gárgaras con agua salada: Este es uno de los remedios más populares para algunas dolencias menores. El agua con sal ayuda a extraer la mucosa de la garganta inflamada, al mismo tiempo que crea una barrera protectora contra patógenos dañinos. Por eso, el hacer gárgaras con agua salada ayuda a combatir virus y bacterias, reduciendo así las posibilidades de infecciones en boca y garganta.
  • Curar aftas bucales: Enjuaga tu boca con agua y sal después del cepillado, pero ten cuidado de no tomar el agua. Hazlo tres veces al día y verás que tus aftas se curaran de manera más rápida.
  • Curar una herida infectada: Antes de recurrir al alcohol o por si no tienes en casa, intenta lavar la herida con agua tibia y sal. Repítelo 3 veces al día y verás cómo al día siguiente la inflamación y el dolor han disminuido.
  • Ahora que ya conoces algunos remedios con sal no dudes en probarlos en tu día a día. Recuerda que la sal no puede faltar en tu casa, ya sea para la comida o para aliviar los malestares.

    FUENTES:

    CUERPOMENTE

    Mejor con Salud

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